Linio Perú

sábado, 14 de septiembre de 2013

Principios fundamentales de la alabanza

1. LA ALABANZA DEBE SER ESPONTÁNEA

Al momento de alabar debemos primeramente entender que debemos hacerlo de una manera espontánea, es decir, tiene que salir de nuestro interior al nosotros reconocer que el único beneficiado en este acto es el ser humano mismo.

Es inconcebible la idea de que personas indoctas y sin educación ni ética alguna, traten de hacer que el pueblo de Dios o una congregación alabe y cante a Dios cuando en realidad el adorador(a) es quien tiene que tomar la iniciativa. El salmista David pronuncia unas palabras importantísimas: " Alaba, alma mía, al Señor" (versión NBD), las cuales son dirigidas a si mismo. En ese momento posiblemente. De acuerdo a se intelecto humano no tenia alguna motivación o animo para hacerlo, pero llego como por dirección y manifestación divina la necesidad de alabar y quien mas digno de recibir esa alabanza que el pastor de los pastores del cual había expresado "Jehová es mi pastor: nada me faltará. Así que la próxima vez que visite la casa de Dios debe asegurarse de ir con la libertad y disposición de darle alabanza a Dios desde el momento en que piense asistir a un nuevo servicio "vengan a las puertas de su templo; denle gracias y alábenlo!!.

2. LA ALABANZA DEBE SER GENUINA Y DE CORAZÓN

Al nosotros tomar la decisión de alabar a Dios, debemos tener en cuenta y asegurarnos de una cosa sumamente importante: A Dios se le da lo mejor.

Dios, mostrando su amor infinito por la humanidad; no se reservo nada de sus favores y misericordias dando así la máxima expresión de amor que jamás nadie anteriormente había hecho: una entrega no solamente de sacrificio, si no también de sufrimiento. El entrego su hijo amado interesándose tanto por la humanidad y su salvación (Juan 3:16). Lo que pide Dios de nosotros es que lo amemos (esto incluye alabanza) con todo lo que somos, la Biblia dice "Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente". (RV 1960).
Es común hacer uso de la expresión "a la iglesia venimos a recibir" cosa que es una realidad, a pesar de eso el creyente debe entender que el primer objetivo de asistir a un servicio o alguna actividad con alusión a la adoración a Dios, debe ser el dar nuestra vida misma en honor a aquel a quien llamamos nuestro Eterno Rey. Romanos 12:1 "... les ruego que cada uno de ustedes se entregue como sacrificio vivo y santo; este es el único sacrificio que al El (Dios) le agrada (versión Nueva Biblia al Día).

C) LA ALABANZA PRODUCE BENDICIÓN
Cuan bueno es alabar a Dios! Si bien es cierto, dijimos anteriormente que el propósito de alabar el nombre del Señor no es recibir, si no, darle honor y gloria; no podemos negar que en medio de de la alabanza se produce una apertura de favores y bendiciones.

Cuando un creyente irrumpe en alabanza se produce una transformación de la atmósfera natural y se traslada a lo sobre-natural, es decir, que cuando hemos dado una alabanza ESPONTÁNEA y una ENTREGA TOTAL; Dios abre la ventana de los cielos y derrama de su bendición y es su presencia la que se manifiesta a través de de esa exhibición directa de humillación.

Salmos 16:11 nos describe claramente lo que uno recibe al estar en su presencia " En tu presencia hay plenitud de gozo; y delicias a tu diestra para siempre".

Que bendición mas grande que sentir la presencia de Dios? No hay palabras suficientes para expresar esa sensación de gozo y alegría. En el libro de Samuel encontramos a David danzando y saltando como un corderillo, deleitándose de la unción que solo la presencia de Dios puede dar, Jesucristo mismo habló, de la presencia de Dios comparándola con ríos de agua viva, la cual representan corrientes de agua en constante movimiento, y nunca dejan de fluir.

Salmos 1:3 nos dice que todo el que se deleita en el Señor y su palabra será como árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto abundante.




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